Ciudad Juárez es una urbe industrial mexicana situada en la frontera norte con Estados Unidos, específicamente con la ciudad de El Paso, Texas. A lo largo de los años, Juárez ha sido económicamente dominada por la industria ‘maquiladora’ y alguna vez fue considerada una de las ciudades más violentas del mundo a causa de la ola delictiva que se instaló en 2008-2012. Se conforma de un territorio que conjuga características de multiculturalidad, migración y procesos de resiliencia que conforman un fenómeno de raíces híbridas que a lo largo de las décadas han formado el molde de la “cultura fronteriza”.
Con la llegada del COVID-19 a México, la comunidad de Ciudad Juárez tuvo que enfrentar de manera abrupta el congelamiento de la vida pública y con ello, los estragos urbanos, económicos y sociales que la pandemia detonaría. Posterior al primer caso local confirmado en marzo del 2020, en Juárez comenzaron a implementarse medidas de confinamiento y la restricción general de movilidad. Sin embargo, para gran parte de la población juarense no era una posibilidad sobrellevar un confinamiento prolongado/total.
Transcurrido el primer semestre de pandemia, a nivel global comenzaron a surgir diversas innovaciones urbanas y políticas públicas que posicionaban al espacio público como un aliado para la reactivación de las ciudades: ciclovías emergentes, ensanchamiento de aceras, mercados pop-up, la readaptación de calles, parques y plazas para el aprovechamiento del espacio al aire libre, entre otras. En el territorio nacional la Fundación Placemaking México, en conjunto con la Fundación Coca-Cola, desarrolló el Programa de Reactivación Económica y Social (PRES) el cual tiene como objetivo fomentar dinámicas sociales y económicas en lugares que sufrieron afectaciones debido al COVID-19, promoviendo comunidades resilientes y preparadas para futuras contingencias.
Siendo Juárez una ciudad con la oportunidad de mejorar la calidad de sus espacios públicos para así encaminarlos a ser aliados de la recuperación post-pandemia, se postuló la propuesta de una intervención de placemaking a través del Programa de Reactivación Económica y Social (PRES). De la mano de la Fundación Placemaking México, la Fundación Coca-Cola, el Instituto para la Cultura (IPACULT) y la Oficina de Resiliencia en Juárez se co-diseñó una estrategia para la activación de un espacio público residual en el centro histórico de Juárez. Tras un prolongado proceso de siete meses de gestión, monitoreo y participación comunitaria fue posible materializar un prototipo de espacio público adaptado a la nueva normalidad: el Patio Cactus.
Se concibe como una plaza de bolsillo que transforma 350 metros cuadrados que yacían subutilizados en el centro de la ciudad. El objetivo del Patio Cactus es proveer un lugar de escala humana en el que se promueva un regreso responsable al espacio público. Con la instalación de puntos de encuentro al aire libre, mobiliario urbano, vegetación, arte asfalto, esténciles con cuidados comunitarios, retículas de distanciamiento y elementos de identidad sociocultural, el Patio Cactus se torna en un nodo de resiliencia y un espacio para la reactivación gradual de la ciudad. A un año del arribo de la pandemia intervenciones como la del Patio Cactus visibilizan que cuando existe una comunidad organizada y sobre todo una transversalidad entre las esferas privadas y públicas es posible generar transformaciones urbanas que inciden en el bienestar de las personas; y por ende, en la ciudad.
- Nómada Laboratorio Urbano